De la idea al éxito

Si nos preguntan qué otras palabras nos evoca "innovación" probablemente contestaremos "creatividad", "novedad", y conceptos más asociados con la generación de ideas innovadoras. 

Probablemente es la parte del proceso de innovación que menos acostumbrados estamos a gestionar, y por eso es también la que centra más nuestra curiosidad.

Pero el camino es más largo, ya que sólo llegando al cliente, de forma suficientemente generalizada, podremos hablar de innovación.

Es verdad sin embargo que hay que empezar recogiendo ideas concretas que seamos capaces de construir a partir de la observación, o de una combinación de conceptos previamente existentes. 

Por ejemplo, la capacidad de una pantalla de reaccionar a un impulso táctil hace tiempo que está disponible, y de hecho varios dispositivos han intentado explotar esta funcionalidad sin éxito durante unos años (como el Newton de Apple, por ejemplo). 

Pero la idea de poder trabajar directamente con el dispositivo, sin lápiz, detectando múltiples toques sobre la superficie, y reaccionando diferente en función de la presión abría nuevos horizontes de aplicación. En esta primera fase que podemos llamar pensar, hemos pasado de conceptos a ideas

Pero sólo con ideas no haremos fortuna. 

Ahora necesitamos imaginar lo que realmente queremos hacer. 

En esta segunda fase, compartir, se busca poder dibujar y comunicar lo que emocionará a nuestro cliente. Para seguir con el ejemplo del iphone, ahora deberíamos ser capaces de definir cómo sería el móvil que queremos construir: tamaños, funcionalidades, interacción, diseño. Debemos pasar de tener opiniones sobre las posibilidades de las ideas, construir una visión que nos convenza.

Ahora nos hace falta, en el tercer paso, el desarrollo, demostrar que esta visión no es una quimera, sino que realmente podemos construirla. En el caso del iphone, por ejemplo, se encontraron problemas de espesor, o de duración y calentamiento de las baterías, que fue necesario resolver para pasar de tener una oportunidad, a tener una evidencia: la constatación de que lo que se diseñó es viable.

Pero si sólo somos capaces de construir uno, no parece que esto nos garantice demasiado retorno… ¿verdad? En la cuarta fase, implementar, es necesario que seamos capaces de hacer llegar a todos nuestros clientes potenciales el nuevo producto o servicio. Es necesario que los iphone lleguen a todas las tiendas del mundo, y que todo el que esté dispuesto a pagar su precio pueda disponer. 

Cuando empezamos esta fase tenemos la confianza que nos ha dado la evidencia, pero hay que conseguir el rendimiento que nos hará llegar a la excelencia, y ahora sí, nos asegurará el regreso buscado.

La generación de la idea es pues un embrión, que no siempre acabará vivo. Y para llegar al final del proceso ya vemos que necesitamos más que "creatividad".

Mucho trabajo que hacer de aterrizaje, de proceso, de detalle, de ensayo y error.

Mucho más que una iluminación para llegar al éxito.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Leer más: