Tristeza
Ir más allá de la queja
Hoy ha sido una jornada triste. Para todos. A pesar de que digan que han ganado, todos han perdido.

Hemos perdido ya que a nadie le gusta que empeoren nuestros derechos, aquello a lo que le llamábamos la sociedad del bienestar.
Tampoco a los empresarios, no nos engañemos, que preferirían tener problemas por crecer demasiado, que por tener que recortar.

Hemos perdido ya que a nadie beneficia un día como hoy. Una jornada con tensión, en la que indiscutiblemente nada ha sido normal, ni para los que han ido a trabajo, ni para los que no.
Ni para los que volcaban contenedores en la Diagonal, ni para los que los tenían que esquivar.

Hemos perdido ya que parece que no tenemos más ideas que las de siempre para quejarnos. Y quizás es que el camino correcto no es la queja, y deberíamos buscar maneras más positivas de responder, ya que tampoco parece razonable no reaccionar ante hechos que nos indignan.

Tampoco hemos sabido encontrar una salida 2.0 coherente y positiva, en la línea de lo que comentaba sobre la huelga el último post de Marc Vidal.

Ayer tuve la suerte de asistir a una sesión de Luis Galindo llena de energía positiva, pero hoy hemos sufrido un baño de negatividad.

Hemos de ser capaces de darle la vuelta, desde ahora mismo, y pensar qué podemos hacer para que jornadas como la de hoy no se repitan. Ya que todos hemos ayudado a romper la cuerda al hinchar más de la cuenta la burbuja.
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