Pantallas y más pantallas
Tres categorías se disputan nuestro tiempo
Hace años, en el Renacer'06, Antonella Broglia ya nos pedía fijarnos en mundo rodeado de pantallas. Y aún tenían que explotar los iPad y similares que han añadido un tamaño más a tener en cuenta. Creo que el tamaño de la pantalla importa y fuerza, condicionando tanto las formas de interaccionar, como las funcionalidades del equipo. En estos momentos tenemos tres grandes grupos.

La primera categoría la forman los equipos pequeños, con pantallas de 3-4 pulgadas, donde encontramos los móviles, los GPS, los MP3-4, las cámaras de fotos... Más pequeño, más portable, y por tanto cubren las funciones que debemos hacer sobre el terreno.

La segunda categoría está formada por los equipos grandes, con pantallas de más de 15 pulgadas, ya difícilmente transportables, como las que utilizan los ordenadores de sobremesa o los portátiles que menos lo son. También las telas y paneles informativos. Son las que nos proporcionan mayor confort y una mejor experiencia de uso.

La tercera categoría se mueve en el tamaño de las 10 pulgadas. Los netbook y los tablets (iPAD y seguidores) se encuentran en esa franja. Juegan con un equilibrio de portabilidad y funcionalidad que les ha hecho revolucionar el mercado tecnológico en los últimos años.

¿Cómo va a evolucionar este modelo en 3 capas? ¿Seremos capaces de diseñar pantallas más grandes y más portátiles, a través de tecnologías como las pantallas flexibles y enrollables? ¿O quizás iremos más allá, explorando otros sentidos que de momento tenemos infrautilizados, diseñando equipos capaces de ser útiles sin pantallas?

De momento, sólo utilizamos parte de los sentidos para interactuar con las máquinas:
La vista, fundamental, para interpretar las pantallas.
El tacto, en expansión, para realizar selecciones rápidas, pero todavía poco precisas.
El oído, por avisos y para recibir instrucciones básicas.
El habla, en estadio embrionario.
El olfato, en absoluto.

Es curioso cómo nuestro elemento principal de comunicación entre personas, el habla, todavía juega un papel marginal en la interacción tecnológica.
Un cambio de paradigma de interacción, como hemos visto con el inicio de la utilización del tacto, revoluciona la industria tecnológica al requerir tanto nuevos dispositivos como nuevas formas de programarlos.

Aún nos queda mucho camino por recorrer, para acercarnos más a las máquinas.
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