La lucha por la vida – Cara A – (AI11)
Diagnóstico artificial

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Cause once we made a promise
we swore we'd always remember
No retreat, baby, no surrender
Blood brothers in the stormy night
With a vow to defend
No retreat, baby, no surrender

Oriol hacía tiempo que no se encontraba bien.
Al principio creía que eran las secuelas del Covid, que le había llevado semanas superar.
Pero ahora ya no podía ser esto.

Menos mal que se había decidido a comprar Julius, un robot de la serie CARE, que le había ayudado en todo el proceso.

Llevaba meses rebotando de un médico a otro.
Ninguno de ellos sabía qué le pasaba.
Se encontraba en un callejón sin salida.
Y tenía la sensación de que estaba perdiendo un tiempo precioso.

Julius se acercó discretamente.
Era su manera de pedir que le dieran permiso.

- ¿Qué te pasa, Julius?
- Te veo preocupado por el diagnóstico.
- Ciertamente. ¿Por qué lo dices?
- Hemos estado hablando de tu caso con unos compañeros, otros robots quiero decir.
- ¿Qué quieres decir? ¿Has compartido mis datos médicos con otros robots? ¡Nadie debe saber nada de mi salud!
- Tranquilo. Los datos estaban anonimizados. Nadie puede relacionarlos contigo.
- Ya, eso dicen todas las empresas antes de que les hurten todos los archivos, y queden retratados por Anonymous.
- Esto no ha pasado, ni va a pasar con nosotros, Oriol.

Oriol no pudo esperar más:

- ¿Pero a ver, Julius, que te han dicho estos robots?
- Que vale la pena que pruebes un servicio nuevo: HealthTronics.

El nuevo servicio de salud HealthTronics se caracterizaba por un inteligente sistema de diagnóstico. Los médicos humanos trabajaban síncronamente con inteligencias artificiales que contrastaban el caso en tiempo real con millones de expedientes de todo el mundo.
Las principales aseguradoras habían comenzado a incluirlo como servicio disponible para los asegurados. Se ahorraban mucho gasto en pruebas diagnósticas a tientas.
Acertaban casi siempre a la primera. Era un sistema abierto, invocable desde la sanidad pública, también. Sin embargo, pocos médicos lo utilizaban de forma habitual.

Julius continuó:

- Perdona el atrevimiento, pero ya te he hecho una reserva en el sitio más cercano. Tienes el tiempo justo para llegar.
¿Necesitas cambiar de estrategia, verdad?
No te he pedido nada hasta ahora.
Pero ahora confía en mí. Ve al centro.

Oriol miró a Julius.
Realmente, la incertidumbre era insoportable.
Cogió el abrigo de un revuelo y se fue hacia allí.

Julius, después de despedirle y cerrar la puerta, calculó el tiempo que tenía.
Se aproximaban meses difíciles.
El tratamiento de la enfermedad le comportaría a Oriol un descalabro que poco imaginaba.
Por suerte, se ahorraba el trance de decirle las malas noticias.
Un humano del centro lo haría en breve. La leucemia mieloide aguda de Oriol no podía esperar ni un día más sin tratamiento.
Julius empezó a preparar la casa. Ya con la primera sesión de quimio hecha, necesitaría que alguien le cuidara bien.
Él lo haría.
Iría a recogerlo en el hospital en 5 horas.
Empezaba la lucha.

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