La lucha por la vida – Cara B – (AI11)
Respetar al enfermo

Imagen de Freepik

I'm still standing better than I ever did 
Lookin' like a true survivor, 
feelin' like a little kid 
And if you want to knock me down, do it now 
'Cause I'm still standin'

Julia analizaba aquella fría mañana de invierno el caso de la unidad CR4833/A7/MHC, llamado Julius, de la serie CARE.

De nuevo, un robot había ido más allá del comportamiento esperable. 

Anticipando que su propietario tenía un cáncer que debía tratarse con rapidez, pero que los médicos no estaban acertando a diagnosticar, escogió la vía rápida, y recogió todas las pruebas diagnósticas que ya se había hecho y las envió a un sistema inteligente de detección diagnóstica, impulsado comercialmente bajo la marca HealthTronics.

Esta compañía había salido de la nada, y estaba ganando protagonismo cada día. 

Basada en una tecnología de cifrado cuántico, permitía asegurar el anonimato del cliente, a la vez que sacaba provecho de los diagnósticos realizados durante los últimos años en los principales hospitales del mundo.

Alguien se habría trabajado como una hormiguita una base de conocimiento inmensa, puesto que no sólo eran pruebas diagnósticas, sino también tratamientos aplicados y resultados obtenidos.

Además, HealthTronics era una entidad sin ánimo de lucro.

Los servicios no eran gratuitos, y forzaban al médico a informar el grado de avance de la enfermedad, contrastar las terapias aplicadas, y registrar los resultados. 

Lo que obtenían a cambio era un diagnóstico mucho más preciso de lo que podía hacer cualquier especialista. 

Todas las ganancias se dedicaban a inventariar más y más casos. A revisar y entrenar en el sistema. 

Pero el médico, en cada caso, acababa decidiendo lo que quería hacer.

Algunos no se creían en el sistema y seguían su intuición. 

Esto también ayudaba todos los días a mejorarlo.

Sopló el té verde, mientras veía cómo, sorprendentemente, unas volvas de nieve se quedaban enganchadas a la ventana.

Oriol acabó dando el consentimiento a todas las acciones de envío de información del robot, pero con posterioridad. 

Probablemente le había salvado la vida.

Pero, ¿y si no lo hubiera querido? 

¿Y si hubiera preferido no saberlo, que una enfermedad le robaba la vida todos los días que pasaba sin tratamiento? 

Julius sabía bien que no era así. 

Quería demasiado la vida para no lucharla.

De todas formas, no le costaba nada preguntar antes. 

Redactó una recomendación en que se pidiera al menos un consentimiento genérico para utilizar diagnósticos artificiales, a pesar de estar anonimizados.

El enfermo merecía el respeto de poder liderar sus decisiones. 

En pocos minutos recibió el aviso del juez con la conformidad, que comportaría una nueva regla de comportamiento robótico.

Echó un vistazo a la última página del informe, donde se leía la evolución del tratamiento. 

Por suerte, Oriol se estaba recuperando. 

Sonrió, mientras la nieve cubría la ciudad.

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