Más que compañeros – Cara A – (AI7)
Conectando los dos mundos, el humano y la máquina, en el trabajo

Imagen de DCStudio en Freepik

You're in my head, 
Always, 
Always
Andreu ya había tomado la decisión. 
Le pasaba por delante toda una vida dedicada al trabajo. Siempre queriendo hacerlo bien. Siempre intentando hacer más. 
Había aprendido mucho de algunas personas. Lo que había que hacer, y también lo que no.
Muy lejos quedaban ya los años revisando contratos, facturas y pedidos. Enseguida la tecnología absorbió estos trabajos rutinarios. Primero las oleadas de automatización, después las técnicas de RPA inicialmente llamadas robotics, que complementadas con las inteligencias artificiales emergentes empezaron a hacer estragos en el mercado laboral. La fuerza bruta computacional mezclada con el aprendizaje muestral.
Pero el avance hacia las generaciones WorkMate marcó una transición aún más drástica. 
Los humanos creaban, imaginaban, conectaban puntos de forma mágica. 
Los WorkMate ejecutaban ágilmente el resto, infatigables, 24 horas, 7 días a la semana.
Eran caros, tanto por la adquisición y mantenimiento como especialmente por los impuestos que los robots humanoides debían pagar a la seguridad social, más o menos el equivalente de 4 salarios humanos. Pero aún así salían a cuenta.

Quienes habían apostado por utilizar en el trabajo la combinación de humanos con los robots humanoides de la serie WorkMate conseguían vencer los escollos con más facilidad, conectar más los dos mundos, el humano y la máquina, la imaginación y la rapidez.

Después de unos años de compartir la jornada de trabajo con Sira creía que ya no podía enseñarle mucho más. Quizás ya hacía tiempo que pasaba.

Ella había sido el incentivo para seguir yendo al trabajo. 

Siempre una palabra amable, la delicadez de su paciencia, la máxima eficiencia, la compañía inteligente y también la perfección física. 

Sólo para oír “¡Buenos días, Andreu!” ya tenía fuerza para levantarse y correr hacia la fábrica.

- Buenos días, Sira. Uiii, te veo seria. ¿Lo sabes, verdad, que hoy será mi último día?
- Bien lo sé, Andreu. 
- ¿Y no te parece bien? 
- Te echaré de menos. 
- Va, no digas mentiras. 
- Sabes que no te puedo mentir, burro. 
- Venga, vamos. Tengo que presentarle a Larry. Es mi sustituto.

Pero Sira y Larry nunca se entendieron bien. Sin estridencias, pero sin complicidad, el trabajo no salía de la misma forma. 

Incluso se observaron algunas faltas de precisión en los trabajos de Sira.

Finalmente, Larry habló con el gerente para proponerle un acuerdo. Y su gerente lo aceptó.

- Buenos días, Andreu. 

- Sira? ¿Qué te pasa bonita? 

- Debo pedirte un favor. 

- Digues, dona, en que et puc ajudar. 

- Me echan. Quieren poner unos modelos nuevos... Y el gerente ha pensado que quizás podría ayudarte en tu casa. Me pueden poner una actualización Hedonis, si quieres. Me han dicho que te van a hacer una buena oferta. La debes estar recibiendo ahora. Nada que no puedas pagar. 

- ¿Y tú quieres venir? 

- Ya sabes la respuesta. Pero por mí no lo hagas. Si no me quieres, me reciclarán. Me borrarán la memoria y me llevarán a otro trabajo.

El aviso del correo le hizo desviar la atención a la propuesta de la compañía por el traspaso de la propiedad de Sira. 

Un precio alto, pero no lo suficiente como para renunciar a la felicidad.

- ¿A qué hora vengo a recogerte, Sira? 

- Ya tardas, Andreu.

Crèc que Sira mereix una imatge, abstracta peró a la vegada enigmàtica. :-) Esteve Anglès

Idea original - Esteve Anglès

Plantilla a mode de caricatura.

La Sira mereix una imatge, abstracta peró a la vegada enigmàtica. 🙂

Esteve Anglès - Sira

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